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¿Alimentación consciente o inconsciente?

by in Sin categoría 11 de octubre de 2022

Ya hemos hablado varias veces de la importancia de practicar la alimentación consciente y de las pautas o tips a seguir para conseguir alcanzar la consciencia plena cuando nos sentamos con un plato de comida delante. Es importante saber qué comes, por qué lo comes y cómo te lo comes. A base de seguir y repetir las pautas y consejos que os hemos facilitado en otras ocasiones, seguro que podéis llegar a asentar este tipo de alimentación en vuestro día a día.

Sin embargo, también existe otro tipo de alimentación, la denominada alimentación inconsciente y que hoy en día se sitúa como una de las causas que nos conduce a la obesidad y al descuido de nuestros hábitos alimenticios.

Dentro de la alimentación inconsciente encontramos tres patrones diferentes que actúan de distinta forma en nosotros. Conocer su origen y su forma de comportarse, nos puede ayudar a tomar mejores decisiones cuando detectemos que estamos siguiendo alguno de ellos.

Pero ¿cuáles son estos patrones de alimentación inconsciente? Te los resumimos a continuación.

  • Alimentación restrictiva: el miedo a engordar o la necesidad de bajar de peso hace que restrinjamos en exceso, no permitiéndonos comer apenas nada, dejando de encontrar placer en la comida. Este patrón suele desembocar en ansiedad por la comida y en niveles de frustración elevados si, después de hacer grandes esfuerzos por restringir prácticamente todo, no conseguimos los beneficios u objetivos que esperábamos. Para abandonar este patrón debemos ir soltando restricciones a la vez que ganamos y mejoramos hábitos de nuestra vida y nuestra alimentación, de tal manera que busquemos el equilibrio de forma natural y no bajo la presión de someternos a la restricción como única solución a nuestro problema.
  • Alimentación emocional: la mala gestión de nuestras emociones negativas a veces nos hace recurrir a la comida para calmar nuestro malestar, para llenar una sensación de vacío, como respuesta al aburrimiento, etc. El hambre emocional no responde a una necesidad de hambre real, y suele estar muy presente en las personas que padecen obesidad o tienen problemas de sobrepeso. El hambre emocional aparece de manera repentina como una necesidad que debe ser atendida inmediatamente. Para abandonar este patrón de alimentación inconsciente el primer punto es aprender a gestionar nuestras emociones, puede que para ello necesites la ayuda de un profesional. Es necesario aprender a escuchar nuestras propias necesidades, saber poner nombre a nuestras emociones y atenderlas correctamente. Reservar un tiempo que dediquemos a nosotros mismos y el autocuidado pueden ser de gran ayuda.
  • Alimentación por señales externas: se vincula con un comportamiento impulsivo e irracional. Cuando nos encontramos comiendo sin saber por qué, sin tener hambre, por mera imitación de los demás que sí que están comiendo, o cuando metemos y sacamos la mano en un plato de patatas por el mero hecho de que está delante nuestra. Este patrón es el que más se repite entre las personas, independientemente de cuál sea su peso. Para abandonar este patrón debemos, en primer lugar, aprender a poner atención plena al relacionarnos con la comida. Podemos establecer las cantidades que comeremos previamente, sirviéndonos en un plato individual para nosotros, y no pinchando «del centro». Es importante evitar distracciones a la hora de comer, como la televisión, comer delante del ordenador, o mirando el móvil.

Muchas veces estos patrones se pueden interrelacionarse entre sí, por lo que podéis observar que a veces podréis estar actuando bajo uno, dos o incluso los tres patrones.

Lo importante es aprender a detectarlo y trabajar en buscar soluciones para no hacernos dependientes de estos patrones de alimentación que tanto daño causan a largo plazo.